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Nací en un lugar de mi Cuba.
En un pueblo lleno se esperanzas, de deseos y anhelos.
Donde la musa cabalga por sus calles día a día.
Inspirando al poeta y al hombre que teje sus versos con los hilos del amor.
Nací en un lugar de mi Cuba.
Donde la noche es un manantial estrellado, invitándote a amar.
Donde la naturaleza te enseña vivir,
Hasta llegar a la locura del delirio de mi Habana.
Donde el Lucero te indica el camino a continuar en la vida.
Allí estaba yo de regreso.
En mi Cuba, en sus playas, en sus calles.
Allí donde comenzaron mis sueños y desvelos.
Donde recibí una vez amor y desamor.
Allí fue donde la música entro en mis venas, enloqueciendo mis adentros.
Dándome aliento en cada tono.
Para continuar mis pasos, para seguir mis sueños.
Viendo a la gente reír, bailar y llorar a sus muertos.
Pero siempre manteniendo la ilusión de vivir.
Con la esperanzas de un futuro diferente.
Nací en un lugar de mi Habana.
Donde en las mañanas el sol penetra en mi ventana.
Acariciando mis mejillas.
Mientras me susurra al oído de una forma seductora.
Que ya comienza un nuevo día.
Un día más de luchas, desafíos.
Pero siempre con la mente en alto.
Recuerdo a mi madre velando mis sueños,
a mis hermanos pasando la adolescencia.
Sin quejarnos de las carencias.
Siendo feliz con lo poco que teníamos,
aprendiendo ya desde pequeños el significado de la palabra «conformidad»
Recuerdo mis amigos de Clase.
Algunos de ellos ya desaparecidos.
En el cansancio del que hago para sobrevivir.
Algunos ya casados con hijos, otros que han viajado a otras tierras.
Y ahora viven agobiados de la melancolía,
llenos de nostalgia como yo.
Algunos ya muertos.
Vagando como espíritus oscuros,
Recuerdo mis maestros, mi pupitre.
Cada rincón de mi Habana.
Amo mi pueblo.
Todos ya mezclados en una misma cultura, en la misma idiosincrasia.
Amo el run run de mi calle, el di tu de la vecina.
El huevo que ya viene y la cola se formo.
Oiga no se haga el loco. Este llego y se colo.
Amo mi malecón Habanero
Mi giraldilla, mi catedral, la bella casa del agua.
Amo mi cuba cada día.
Melba Mercedes Almeida - Azucala
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Gracias por haber llegado a este Marabú enconado.
Gracias por darme una señal
de cariño cuando me dejas tu suspiro
en el escrito que llevare conmigo
a un lugar muy querido.
Que en mi corazón tiene su nido.
Gracias por poder sentir conmigo.
Melba Mercedes Alemida - Azucala