A donde sigo.

A donde sigo.

Cuando la tristeza me cunda la paciencia 

y se lleve mi optimismo, de ese mañana que no llega. 

Y entre lagrimas mi corazón se desespere. 

Dime amor si puedes. 

A donde sigo.

Cuando sale la sonrisa de mi rostro 

que agoniza en este instante escondiendo 

la tristeza que me abarca el corazón en una queja. 

Dime amor si puedes. 

A donde sigo.

Que haré con esa pena que llevo en el alma por tu ausencia.

Y para no llorar miento escondiendo en mi sonrisa el lamento.

Dime amor si puedes. 

A donde sigo.

Cuando me levante y no haya salido el sol

ni me quede el simple gusto de aquel amor.

Que fue y ya no esta.

Porque voló muy lejos dejándome el desespero

de las cadenas que me atan a tu fuego.

Dime amor si puedes. 

A donde sigo.

Si no me dejas percibir el cálido beso 

que me colma mi alma de sentimiento. 

Si estoy muriendo en un leve lamento. 

Dime amor si puedes. 

A donde sigo. 

Cuando ya mis pies se queden atrapados 

en el ultimo paso dado.

Por no pensar en consecuencias. 

Ahora que he perdido tu presencia. 

Cuando la mentira me duela. 

Dime amor si puedes. 

A donde sigo. 

Cuando me falte el verdadero amigo 

que no se donde se ha ido. 

Cuando me maltraten en este mundo cruel y corrompido.

Cuando mis oídos queden en la sordera 

por la vedad que no llega. 

Cuando el razón perezca en la ardua tarea. 

Y la falta de compresión me llenen de desamor. 

Dime amor si puedes. A donde sigo. 

Cuando la luna se esconda 

y no me de su ternura que asoma en la noche oscura.

Llevándose consigo aquella bella aventura

que vivimos entre tiernas locuras. 

Para apaciguar mi locura te espere tranquila 

a que calme la marea y si regresas un día 

te daré el hombro mio

para que te apoyes en el y camines conmigo. 

Entonces quiero que respondas mi pregunta.

Dime amor a donde sigo.

Melba Mercedes Almeida - Azucala